viernes, 31 de octubre de 2008

«Pariré en casa porque creo que es lo mejor para mi niña y para mí»



Nora, una vitoriana de 34 años, cuenta cómo se prepara para dar a luz a su segundo bebé en su propio hogar.


26.10.08 -MARÍA JOSÉ CARRERO| VITORIA


Hasta los años sesenta, lo habitual era nacer en casa. Salvo partos complicados, una matrona y la abuela, por lo general la materna, bastaban para ayudar a la parturienta a traer un nuevo ser a este mundo. Después, se generalizaron los nacimientos hospitalarios. Desde hace unos años, sin embargo, cada vez tiene más fuerza en Europa un movimiento que defiende el parto domiciliario «como un modelo asistencial válido».

Álava no es una excepción. Una media de diez mujeres al año alumbra una nueva vida a la antigua, es decir, sin salir de su habitación. Para ello, la provincia cuenta con dos equipos de matronas tituladas dispuestas a desplazarse a las casas.
Nora es una joven vitoriana de 34 años. Espera su segundo hijo -será una niña- para la primera semana de diciembre y ha decidido que la tendrá en el seno de su hogar. El primero -un nene de dos años- vino al mundo en Txagorritxu. Fue un parto inducido que dejó a Nora un mal sabor de boca. «No me quejo de la asistencia sanitaria que recibí. Fue muy buena, pero si puedo tener un parto más natural y no tan medicalizado, lo prefiero».

El embarazo de Nora está transcurriendo sin complicación alguna. «Me encuentro muy bien», dice risueña. Este buen estado le ha animado a tomar la decisión de quedarse en casa cuando llegue el gran día «porque creo que es lo mejor para mi niña y para mí. No tengo ninguna duda de que ante el más mínimo riesgo, lo mejor es el hospital». Pero como nada indica que esto vaya a ocurrir porque, según todos los controles, la gestación va muy bien, tendrá a su pequeña como antaño. «A mi marido le parece estupendo. Es alemán y en su país -detalla-es bastante más común que aquí».


Con la ayuda de Edurne
Edurne Estévez escucha atentamente a Nora. Está de acuerdo con todo lo que dice. Hace veinte meses, nació su primera hija. Y también la tuvo en casa. A Edurne no le costó nada decidirse. Posiblemente porque es doula. ¿Y qué es una doula? «Es una palabra que en la antigua Grecia se utilizaba para referirse a mujeres experimentadas que ayudaban a las futuras madres en la crianza de su bebe», aclara la página de Internet www.doulas.es .

Y así es también en la actualidad. Al menos, eso es lo que hace Edurne: acompañar a otras mujeres durante el embarazo, el parto y el postparto. «En algunos países europeos, como Holanda, es una figura contemplada dentro de la seguridad social, tienen una preparación reglada con conocimientos de puericultura. Aquí, desgraciadamente, no existe una formación homologada, así que nos tenemos que preparar por nuestra cuenta», explica.

Edurne deja muy claro que su papel «es diferente del de la matrona. Es complementario. Nuestro acompañamiento va más por el tema emocional, y sobre todo, por la faceta de intentar reproducir en parte las redes de mujeres que existían antiguamente y que han ido desapareciendo debido a nuestro ritmo de vida».
Edurne, que trabaja con dos equipos de matronas, estará en el parto de Nora. Y la acompañará después. «Aunque el alumbramiento de Nora puede a ser a priori lo más llamativo, el postparto no lo es menos. Contar con alguien que pueda ayudarte a sobrellevar los cambios de los primeros días, los altibajos emocionales del puerperio, los inicios de la lactancia, es fundamental. En muchas ocasiones se nos prepara para el parto, pero después, tras la llegada a casa, la mujer puede encontrarse desorientada y con muchas dudas». Para que no sea así, Nora contará con el apoyo de Edurne.

Como siempre ha sido: una mujer echará una mano a otra mujer.

FUENTE:http://www.elcorreodigital.com/alava/20081026/alava/parire-casa-porque-creo-20081026.html

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Se de todo y de lo que no, me lo invento.